¡Hola!
Estas últimas semanas han sido un no parar de cosas pasando. Y todas al mismo tiempo. Trabajo fiebre, trabajo extra, cumpleaños, trabajos nuevos, contracturas, múltiples intentos para huir del trabajo… Y cuando entro en este tipo de bucles, es habitual que mi cabeza active su plan de emergencia para que no me olvide de nada y me lance cada cinco minutos y de forma completamente aleatoria mensajes sobre lo poco probable que es que vaya a llegar a todo sin perder la vida por el camino. Muy maja, mi cabeza.
Así, llevo dos semanas pensando que no tengo ideas nuevas que escribir, que no estoy leyendo lo suficiente, que no me queda tiempo y una lista de pensamientos negativos interminables, a cada cual peor, que prefiero no enumerar para no herir sensibilidades y sobre todo, no aburrir.
No es algo nuevo. Estoy acostumbrada a que esta lógica mental se active de forma periódica. Supongo que la diferencia es la respuesta que esta vez le he dado a mi cabeza: la he mirando fijamente a los ojos, le he pedido que me escuchara atentamente, he colocado los dedos índice y pulgar de mi mano derecha juntos, dibujando un círculo, justo delante de mi boca y he hecho una pedorreta. Como diría Clark Gable en el papel de Rhett Butler: “Francamente, querida ansiedad, me importas un bledo”. No era exactamente así, pero ya he dicho que me importa un bledo, ¿no? Pues eso.
Así que para dar un poco de orden a mi cabeza alarmista y sacarle provecho a la cascada incesante de cosas que he tenido que ir procesando estos días, me propuse un juego: apuntar los pensamientos y anécdotas que más me han conmovido (para bien o para mal) esta semana y convertirlos en material para la carta que os envío hoy. La sola idea de verme juntando cosas sin ningún tipo de conexión, a mí, que me paso la vida buscando la coherencia por los rincones, me divirtió y me relajó mucho.
Esta es una nueva norma que he introducido en mi día a día casi sin darme cuenta: cada vez que me tomo la vida demasiado en serio, llevo a mi cabeza al parque y la dejo que juegue libre, que se suba a los columpios durante horas, que se pasee en patinete y se tire del tobogán. Por muy serio que pueda ser lo que te está pasando, nada es tan serio como para no poder convertirlo en la materia base de un nuevo juego.
Salvando las (enormes) distancias, es una práctica que Bernadette Mayer podría llegar a considerar para su lista de ejercicios de escritura (que recomiendo que visitéis siempre que perdáis la motivación) y una fase previa a la rutina de César Aira, que dice que cada día añade en sus historias alguna anécdota relacionada con lo que le pasó el día anterior.
Lo que leeréis a continuación son cachitos de mí y de mis días durante estas últimas semanas. Sin pretensiones ni planificación. Sólo pequeños trozos de vida poco reflexionados y escritos de forma semiautomática. Si alguno os gusta en especial, decídmelo, porque seguro que me servirá para los viernes que vienen.
(Mientras escribía, no podía parar de pensar en esta canción. Os la dejo por si queréis que sea la banda sonora de vuestra lectura.)
17/05
Cuanto más me alejo de la crítica y me acerco a la recomendación, mejor me encuentro. La recomendación es una habitación que invita a entrar, llena de sofás esponjosos y cojincitos mulliditos de colores pastel. Es un salón que te abraza y del que no querrías salir nunca. La crítica es la sala de espera de urgencias, llena de gente enferma que tose y moquea y vomita y sangra y grita y llora y se queja y suspira demasiado fuerte, de la que quieres salir corriendo, pero como tienes que esperar a que un médico te diga lo que te pasa, te aguantas y te quedas. Recomendar, halagar y admirar es balsámico. Criticar y odiar es áspero como un estropajo. Y a nadie le gustan los estropajos.
22/05, 8:45h
Voy caminando y me topo de frente con un chico que se corta las uñas de las manos mientras camina. Los trocitos de uña sobrantes salen disparados hacia todas partes, como pequeños proyectiles que a partir de ese mismo momento pasarán a formar parte de la alfombra de suciedad que recubre la acera sobre la que voy caminando.
22/05, 11:00h
Me pregunto cuándo escribiré la newsletter y me sorprendo respondiéndome que no tengo “tiempo libre”. Pero resulta que para el trabajo siempre dispongo de tiempo. Curioso, que para las cosas que decido hacer libremente, no me libere nada de tiempo. Y, por otra parte, ¿dónde encerramos el tiempo que no es libre? ¿En una jaula dorada? ¿En una caja de cartón? Lo más probable es que se quede estancada en el primer cajón del escritorio de un pequeño cubículo de una oficina en la planta 15 de un rascacielos de la zona de oficinas de una gran ciudad. O quizá no, quién sabe.
22/05, 17:00h
Espero en el paso de peatones y ese tiempo de espera me permite ver con detalle el brazo que queda doblado delante de la barriga de una adolescente. Me fijo en mis propios brazos, cruzados delante de mi barriga. Hay algo monstruoso en la llegada de la primavera, algo que tiene que ver con volver a sacar los crop tops del cajón y sentirse desprotegida, al menos, durante los primeros días. Esa chica y yo nos tapamos la barriga porque no sabemos si nuestros ombligos son lo suficientemente buenos como para formar parte del paisaje urbano. Sin embargo, si nos preguntáis, es probable que digamos que nos da igual lo que piensen los demás. Y lo diremos sinceramente. La vergüenza es un impulso incontrolable, que te conecta con dolores enterrados en el fondo del pozo. Cuando me doy cuenta, me quito la mano y dejo a la vista mi vientre.
23/05, 19:30
Me cruzo en la calle con unos controladores de la O.R.A. Ella comenta: “Mi médico me dijo que hasta cinco me puedo fumar”. Creo que se piensa que los pulmones funcionan como las máquinas de la zona azul: cuantas más monedas gastas en tu seguro de salud, más rato puedes dejar aparcado el tema del cáncer. Espero que no se tenga que llevar ninguna decepción.
23/05
No puedo parar de pensar en Forrest Gump. Ni en cómo sería si fuese mallorquín. El otro día nos encontramos a un posible candidato a la hora del café. Mi acompañante y yo no teníamos la intención de colarnos en una conversación ajena, pero nuestro querido candidato estaba sentado justo en la mesa de al lado y los decibelios a los que hablaba eran más propios de una charla TED que de un diálogo íntimo, así que al final acabó convirtiéndose en nuestra banda sonora. Durante quince minutos, oímos con (una inevitable) atención su trayectoria profesional, marcada por hitos como ser un DJ conocido en Mallorca, el ideador de la guía de ocio alternativo de Amsterdam durante su estancia en Holanda, el creador de un blog de tecnología leído incluso por el mismísimo Steve Jobs (a quien por lo visto, estuvo a punto de conocer) y uno de los causantes de que Nadie Sabe Nada llegase a ser uno de los podcasts más escuchados del país. Por desgracia, en ese punto de la historia las orejas nos empezaban a latir y las tazas ya estaban completamente vacías. Nunca sabremos cuánta verdad había en todo ese monólogo, ante el que su interlocutor no tenía más remedio que asentir y respirar hondo. En algún momento dijo algo de Lorenzo, pero no me quedó claro si ese era su nombre o su pseudónimo de escritor famoso. Lo del libro lo añado yo, porque con ese historial, seguro que también había publicado un best seller traducido a veinte idiomas.
24/05
Hoy me he levantado con la sensación de que mi cuerpo era un saco lleno de arena, que nadie sabe muy bien para qué va a servir y que da una pereza inmensa mover de un lado a otro. Pero ha sido entrar en la piscina y sentir cómo toda esa carga caía hacia el fondo del agua, haciendo que mis piernas y mis brazos ganaran una ligereza inesperada. Y eso me ha hecho maquinar una teoría no probada por ninguna universidad de ninguna parte de Estados Unidos, según la cual el cuerpo pierde una cantidad considerable de gramos al realizar algo que le encanta. Gramos que recuperas de forma instantánea al volver al trabajo o al acordarte de que tienes que poner una lavadora de ropa clara cuando llegues a casa.
25/05
Estoy muy en contra de los piropos no solicitados, pero muy a favor de la amabilidad altruista. De hecho, creo que los pequeños actos de simpatía incondicional (como desearle un buen fin de semana a las desconocidas del vestuario o aguantarle la puerta a la vecina que carga la compra entre los brazos) deberían pasar a llamarse “piropos” y las lisonjas gratuitas (que van desde el poético “que no me entere yo de que ese culito pasa hambre” hasta el tradicional “vaya tetas”) podrían pasar a llamarse “caca verbal”. Es un paso que debemos dar cuanto antes como sociedad.
26/05
Desde que escribo Vista de Pájara, la mayoría de dolencias que desarrolla mi cuerpo tienen algún tipo de relación con los pájaros. Porque no creo que tener golondrinos, justo ahora, sea una casualidad. Nota mental: pedir cita al dermatólogo.
Espero que os haya gustado esta lista de cosas inconexas que he disfrutado escribiendo. A ver con qué salgo la semana que viene para seguir alimentando vuestra insaciable y envidiable sed de recreo.
Cosas de pájaras 🦜
Si esta carta incluyese un test llamado “Descubre qué pájara eres hoy”, estoy segura de que obtendría mayoría de B. Y eso significaría que hoy estoy hecha toda una PICAFLOR. Así que os dejo por aquí unos cuantos datos interesantes sobre este pequeño y veloz ser, más conocido como colibrí.
Para empezar, comentar que es probable que sea el pájaro con más nombres posibles. En la RAE mencionan “colibrí, tominejo, tomineja, chupaflor, chupamiel, zumbador, chupamirto, chuparrosa, rumbo, quinde, tentenelaire, gurrión, chichinflor, gorrión, tucusito, zunzún.” Mi favorito es “tucusito”, me suena como un apretón de mofletes dado con la palabra.
El colibrí tiene el cerebro más grande del mundo de las aves (en proporción a su tamaño) y de corazón también va bien servido, ya que este supone un 2,5% de su peso total. Se pasa la mayor parte de su tiempo acicalándose, chirriando y pasando el rato (un sueño), aunque a veces también le toca arañar: los expertos han visto a colibríes atacando a arrendajos, cuervos e incluso a halcones, todos pájaros bastante más grandes, para defender su territorio. Viven principalmente en zonas tropicales y por eso, suelen verse más en países como Ecuador, Colombia, México, Costa Rica y en las islas del Caribe. Me caen muy bien, la verdad.
Hace algún tiempo di con la cuenta de Instagram de Sean Graesser, un investigador especializado en aves, que en @gourmetbiologist cuenta cosas interesantísimas sobre las aves que estudia y sobre su protección. Si os interesa el tema, deberíais seguirle.
Un paréntesis antes de acabar
Sé que os dije que Vista de Pájara sería una ventana desde la que ver cosas alegres, pero la verdad es que mientras este pequeño espacio se convierte en mi refugio de la semana, hay demasiadas personas en el mundo que no tienen amparo alguno. Personas que viven o han vivido recientemente en guerras. Hablo de Gaza y Ucrania, pero también de Siria, Yemen, Burkina Faso, Somalia, Sudán, Myanmar, Nigeria, República Democrática del Congo, Siria, Armenia… Y me genera una impotencia absoluta ver que donde muchos vemos muerte, vidas rotas y dolor, algunos sólo ven una estrategia política, cifras al alza de votantes y negocios prósperos. Todo esto se me hace demasiado insoportable como para pasarlo por alto. No creo que debamos pasarlo por alto.
Este paréntesis es mi pequeño homenaje a todas las víctimas de cualquier acto de violencia, sean como sean, le recen a quien le recen, vivan donde vivan. Nadie debería morir a costa de ninguna idea ni del mantenimiento de ningún estado. Nadie merece ni una sola gota de violencia. Y sin embargo, aquí estamos, completamente inundados. Y ojalá no fuese así. Ojalá en vez de un recuerdo, todas esas víctimas fuesen tan solo personas con vidas tranquilas, que se preocupasen de cosas nimias. Que como yo, pudiesen optar por tomárselo todo como un juego y pudiesen jugarlo en paz.
Por favor, que el fuego y la crueldad cesen ya.
Muchísimas gracias por leer. Y por pasar un cachito de tu día conmigo.
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¡Nos vemos en el próximo avistamiento!
A veces de las semanas de 💩 podemos rascar alguna lección o algún texto guay como es tu caso jajaja aunque los tuyos nunca defraudan 💜 mis favoritos son todos los del día 25!!!! Me ha gustado especialmente el de la llegada de los crop top
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