#4 Alguien dijo algo alguna vez
Y cabe la posibilidad de que ese alguien no fuese Winston Churchill.
¡Hola!
Hoy os propongo un juego. Imaginad que estáis en un plató de televisión de estilo noventero. Parecido al de Saber y Ganar, pero con bailarines con trajes de lentejuelas y lucecitas de colores por todas partes. ¿Oyes la música? ¿Los aplausos? Genial, eso es que ya estás dentro. A partir de este momento, mi voz se convierte en la de Arturo Valls. Ejem, ejem. Listo.
Bienvenidos a Churchill o Chachi, el programa en el que para ganar, antes tienes que adivinar si lo que estás leyendo es una Frase de Churchill o simplemente, una Frase Chachi. Ja, ja, ja, ja. ¿Estás preparado? Estupendo, porque el juego empieza… ¡YA!
Primera frase: “¿Tienes enemigos? Eso significa que alguna vez has luchado por algo en tu vida.”
¿Frase de Churchill o Frase Chachi? Esto es una frase… ¡Chachi!
¿Qué tal? ¿Has acertado? ¡Seguimos!
Segunda frase: “Una mentira galopará por medio mundo antes de que la verdad tenga tiempo de ponerse los pantalones.” ¿Frase de Churchill o Frase Chachi?
Esto es una frase… ¡Chachi! Vaya, qué chachis que estamos hoy, ¿eh? Ja, ja, ja, ja.
Si quieres usar el comodín, ahora es un buen momento. ¡Ah, no, jolines, que te has quedado sin comodines! Ja, ja, ja, ja, ja, ja… Me parto.
Qué bien lo estamos pasando. Venga, vamos con la tercera: “En la guerra, resolución. En la derrota, desafío. En la victoria, magnanimidad. En la paz, buena voluntad.”
¿Frase de Churchill o Frase Chachi? Es una frase… ¡de Churchill! ¡La primera del día! ¿Será la última?
Cuarta frase: “Si dos personas están de acuerdo en todo, una de ellas es innecesaria.”
¿Qué dices? ¿Churchill o Chachi? Esta frase es… ¡Chachi!
¡Enhorabuena a los que las habéis acertado todas! El premio de hoy es… ¡un aplauso imaginario! Y como este concurso todavía no tiene su propio juego de mesa, a los que habéis perdido no os queda otra que pedirle a la persona más cercana que os de una palmadita en la espalda. Volveremos el próximo día con muchísimas más cosas chachis. Ja, ja, ja, ja. ¡Hasta la vista!
Ejem, ejem. Ya vuelvo a ser yo. Siento la posible vergüenza ajena que os haya podido causar este experimento. Era solo una excusa para contaros que por lo visto la gente no para de atribuirle citas medianamente elocuentes a Churchill sin ton ni son.
Es tan bestia el volumen de frases suyas que no son suyas, que hay organizaciones, como The Churchill Project del Hillsday College o la International Churchill Society, en las que trabajan personas que dedican gran parte de su vida a detectar todas las frases que se pasean por Internet con su firma, contrastarlas con todos sus textos, libros y discursos (que no son pocos) y comprobar si realmente son suyas o si simplemente son frases que suenan rimbombantes. Más o menos como en el concurso de arriba, pero sin el desparpajo de Arturo Valls.
Se ve que si una frase es interesante, la dijo Churchill. Y si no fue Churchill, pues fueron Bernard Shaw, Oscar Wilde, Abraham Lincoln, Mark Twain, Goethe, Einstein, Rumi o Gandhi. Para el gran grueso de Internet no hay más personas interesantes en el mundo. Solo estos señores.
No sé, quizá esto de las citas se nos esté yendo un poco de las manos. Por una parte, no paramos de repetir las mismas frases de las mismas personas una y otra vez. Y por la otra, reivindicamos la importancia de conocer la historia para que no se vuelva a repetir. Pues si hay que dejar de repetir, quizá deberíamos empezar por las citas.
Hay quien solo cita para que sus opiniones sean más contundentes. En esos casos lo importante no es el mensaje que se da, sino el tipo que lo da. También hay quien cita con el mismo fin que quien se compra una camiseta cara: chulear. Y todos hemos sido una de esas dos personas alguna vez, no nos engañemos.
Pero si lo piensas bien, qué más dará que lo haya dicho Churchill o Charo, si la frase te parece buena, te lo parece y punto. No hace falta justificarse. Y tampoco hace falta que lo sepamos todos todo el rato. Quédatela para ti. Apúntatela en las notas del móvil o en un cuaderno y cuando ya no te acuerdes de que la habías apuntado, vuélvela a mirar. Es divertido darte cuenta de que cinco años más tarde piensas lo mismo en algunas cosas y en otras has cambiado por completo.
Hace poco leí en alguna parte (no he podido encontrar la fuente, así que no puedo citarla…) que cuando subrayas una frase de un libro y la sacas de su medio, se convierte en un texto con un nuevo significado. Ha perdido el contexto, pero ha ganado la posibilidad de ser interpretado de muchísimas formas alternativas. Y me da la sensación de que es ahí realmente donde se cierra el círculo de la escritura.
Porque al final, la importancia de una cita reside en lo que significa para la persona que la lee. De ahí viene el impulso que te hará coger un lápiz y subrayarla, o apuntártela en una servilleta, o repetírsela a tus seres queridos cada vez que puedas. No porque su autor sea importante, sino porque la frase en sí está llena de sentido para ti. Alguien dijo algo alguna vez, y quizá no recuerdes ni quién, ni cuándo, ni qué. Pero sabes que al leerla por primera vez, algo se removió dentro de ti. Eso es lo que cuenta.
Y como esto es una copiada magistral de una idea de la poeta Maya Angelou, dejo aquí abajo la frase original, que sinceramente, espero que sea cierta:
“La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir.” - Maya Angelou
Al final no he podido evitar poner una cita. Pido perdón. Espero que al menos apreciéis que esta no es una frase de Churchill.
Personas que se citan encima 👻
Una cosa divertidísima que me pasa desde que os escribo esta carta es que cuando se me ocurre la idea del texto, a mi alrededor empiezan a aparecer motivos para escribirla a borbotones. Como esta noticia, que es muy fuerte, aunque más fuerte es el señor que la protagoniza. Ahí va el titular: “El aspirante a rector que escribió cuatro párrafos y se citó a sí mismo 100 veces”. Sí señor. Sin miedo al éxito. Me pido su autoestima y su falta de escrúpulos. Intuyo que dentro de su mente se vive mejor que en la mía. Puedes leer la noticia al completo aquí.
Cosas de pájaras 🦜
Hoy es sin duda el día indicado para hablar de un libro que no se me podía pasar en Vista de Pájara: El Gran Libro de los Pájaros, un recopilatorio de relatos, citas y datos curiosos sobre pájaros, editado por Alba G. Mora y Jorge de Cascante. En cuanto empecé con este pequeño proyecto me hice con él, porque estaba segura de que sería una gran fuente de inspiración y no me he equivocado.
Os dejo con una frase de los diarios de Kafka, concretamente del 30 de septiembre de 1917, con la que siento cosas que todavía no sé cómo identificar: “Soy una jaula que salió a buscar un pájaro”. Ahí la dejo, para que cada uno la entienda como quiera.
La pajarera en directo 🎙️
A raíz de la carta anterior, Nerea Sancio, gran amiga y mejor suscriptora, me recordaba algo que pasó una vez en el balcón de su casa, en Barcelona. Una paloma grandota, de unos colores grises y verdes más intensos de lo habitual, decidió posarse en su balcón sin su consentimiento expreso y sin dignarse siquiera a pagarle una parte del alquiler, que tal como están las cosas, es lo mínimo. Hasta aquí todo normal, si no fuese porque no había manera de que la paloma se moviese de ahí, por más que intentara espantarla.
Tras dos días y pico quieta como una estatua, siendo alimentada a base de agua y cachitos de pan, a Nerea no le quedó otra que llamar a Sergio Dosal (el culpable de las ilustraciones de Vista de Pájara) para que la ayudara. Y como él tampoco pudo con la paloma, decidió ponerle un nombre a la altura de las circunstancias: Paloma Wool.
Paloma Wool no estaba bien. Estaba claro que algo le pasaba, se le notaba en la mirada. Hubo una llamada al 112, luego una larga espera y por fin la guardia forestal se plantó en casa de Nerea para proceder al desalojo. Resulta que Paloma Wool era una paloma de competición, que harta de las tortuosas obligaciones de cualquier buena paloma de competición, se dio a la fuga. No es la única situación comprometida que Nerea ha vivido con palomas, pero el resto me las guardo para otras entregas.
Ya sabéis, si queréis compartir conmigo vuestras cosas de pájaras, no tenéis más que contármelo vía mail, Substack, Instagram, Whatsapp o lo que sea y yo me encargaré de contar aquí las mejores.
Muchísimas gracias por leer. Y por citar con cariño.
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¡Nos vemos en el próximo avistamiento!
Ojalá ser como Paloma Wool y posarme en un balcón al fresco cuando me supere la vida jajaja me ha encantado!!!!
Creo que Berto Romero piensa igual que tú, jajaja 😂